El éxito de Éste es mi Dios ha sido una grata recompensa por un trabajo hecho con amor. Yo lo escribí pensando en correligionarios judíos, quizá unos pocos miles que tuvieran el impulso de aprender sobre la fe, pero carecieran de tiempo o la capacidad para estudiar las fuentes hebraicas. En vez de eso, el libro se ha conver